Trucos y consejos para que el autoempleo no acabe con tu salud mental.
Hace poco, estaba tomando un café en el bar de al lado, cuando de pronto, entre el murmullo de la clientela me llegaron unas ondas sonoras que captaron rápidamente la atención. Se trataba de una conversación muy interesante acerca de lo bonito que es ser un autónomo o freelance.
“-…Y tú ¿a qué te dedicas?
– Pues soy autónomo.
– Vaya, que suerte tienes… trabajar donde quieras, cuando quieras y sin ningún jefe que te ponga objetivos. Ya me gustaría a mi poder disponer de mi tiempo como tú. ¡Qué suerte!”
Y en cierta medida, el buen señor llevaba razón. ¡Qué bonito, trabajar desde casa mientras se prepara el almuerzo (porque ya sabemos que los autónomos tienden a desdoblarse) o ir a la oficina en horario de 6 a 10 de la noche para poder recuperar esas horas de llevar y recoger a los niños del colegio!.
Pero no todo son ventajas; también hay que tener en cuenta que el trabajar por cuenta propia implica inestabilidad, alta de cuota de autónomos, tarifas bajas, vacaciones no pagadas e ingresos fluctuantes. En definitiva vivir en la cuerda floja.
Además si a esto le unimos una mala gestión del tiempo y la tendencia inherente del ser humano a la procrastinación, es decir, a dejar las cosas para más tarde, nos damos cuenta que esa “libertad” se puede convertir en nuestra mayor enemiga ya que a la larga puede venir acompañada de ansiedad, apatía y miedo.
Según un estudio del hospital de Bellvitge (Barcelona), los empleados por cuenta propia tiene el doble de posibilidades de coger bajas laborales de larga duración por problemas de salud mental (de ansiedad a esquizofrenia). Al parecer los los psiquiatras creen que esto se debe a la mayor vulnerabilidad de estos profesionales y también a que tienen una prestación económica menor (los que la tienen) y esperan al último momento para coger la baja, cuando la enfermedad ya se ha agravado.
Por eso, como nos preocupamos por ti, freelance, trabajador independiente, o autónomo que te gestionas y multiplicas como puedes, vamos a darte algunas pautas a seguir para evitar caer en un estado de estrés y ansiedad.
Di no a la procrastinación
No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy. Evita distracciones como redes sociales, juegos, televisión, etc.. o incluso no te distraigas de tu trabajo porque pienses que “hacer las tareas domésticas” es más importante que tu labor empresarial. Recuerda que el ser humano es más tendente a aprovechar una recompensa a corto plazo (como mirar las redes sociales y salir a fumar) que a largo plazo (como acabar el trabajo y cobrar a fin de mes).

Al parecer la procrastinación no viene así porque sí, sino que puede tener su origen en diversas razones:
- Exceso de perfeccionismo.
- Miedo e inseguridad
- Realizar tareas que no nos gustan.
¿Cuál es el antídoto para esto?
Optar por la “renuncia correcta”, es decir, renunciar a hacer demasiadas cosas en un día o a ser demasiado perfeccionista.
- Hacer listas de objetivos diarios.
- Priorizar las tareas más importantes,
- Eliminar distracciones (desactivando las redes sociales, por ejemplo).
- Tener expectativas realistas: no proponerse hacer más cosas de las que realmente podemos hacer en un día
Lo difícil es ponerse. Una vez que te hayas puesto a trabajar las cosas transcurrirán más fluidamente.
Ansiedad y miedo al futuro
El gran problema de los autónomos es que su carga de trabajo no es constante. Hay épocas en las que se tiene mucha carga y otras en las que se encuentran sin nada que hacer. En las temporadas de vacas flacas, el freelance ve un futuro muy negro, y se llena de optimismo cuando el trabajo viene a mansalvas. En ambos casos el resultado es el mismo; estrés y ansiedad.
¿Qué podemos hacer para gestionar esta ansiedad?
- Optar por la “renuncia correcta”. La tendencia del autónomo suelen ser aceptar todos los trabajos que se le ofrece porque el trabajo en el futuro no está asegurado. Pero a veces hay que reconocer que se está al límite y renunciar.
- Ahorrar. Aprovechar las buenas temporadas para crear un colchón financiero que permita hacer frente épocas más inestable sin sufrir tanta ansiedad.
- Desconectar: no se puede estar pendiente del correo, las llamadas, los clientes las 24 horas del día. Hay que aprender a separar tiempo de ocio y tiempo de trabajo.
- Ejercicio físico y buena alimentación.

Salir y socializar
Muchos autónomos trabajan desde casa, lo que conlleva pasar más de un tercio de su vida en el mismo sitio. Además, esto puede parecer muy cómodo pero a la larga pasa factura porque llega un momento en el que no se ve diferencia entre vida laboral, vida privada y de ocio. Otras de las consecuencias de trabajar desde casa es el aislamiento social, muy perjudicial tanto personal como laboralmente.
Por eso lo recomendable sería:
- Separar tu rutina laboral de tu rutina diaria; dúchate y vístete como si fueras a una oficina. Sal a desayunar fuera o ve al gimnasio. Al regreso a casa ya lo tendrás claro: ahora sí es hora de currar.
- Trabajar fuera de casa. Aprovecha los espacios coworking o los alojamientos de empresas. No sólo te ayudarán a establecer límites sino también te ayudarán a relacionarte y quién sabe, lo mismo pueden surgir nuevos proyectos.
- Renuncia a la soledad. Hay que obligarse a salir. No se puede limitar el contacto con otros seres humanos a correos electrónicos y llamadas. Es mejor frecuentar diferentes reuniones sociales y para hacerse más conocido entre la posible clientela y atraer más trabajo.
Y por último nos quedamos con esta frase del periodista freelance, Toni García, que es su libro Autónomos, la guía definitiva recomienda;
Añada siempre una sonrisa “Esto no le servirá de nada, pero desconcertará al Estado, al director del banco, a su competencia y hasta al vecino. Los autónomos han de ser desconcertantes, no lo olvide”.
Fuente: El País