El “efecto Pigmalión” es una beneficiosa estrategia que puede usarse a nivel laboral como a nivel personal.
Se basa en la mitología griega, representando el hecho de cómo las propias expectativas sobre uno mismo pueden ser un poderoso factor que hacen que estas lleguen a cumplirse. Por el otro lado refleja el modo en que las expectativas que tenemos sobre los demás ejercen un fuerte efecto sobre su comportamiento.
En 1948, el famosos sociólogo Robert Merton acuñó el término Efecto Pigmalión para referirse a cómo las expectativas y creencias que se tiene sobre una persona afectan a sus actitud y a sus logros. Contrastando en sus estudios que si una persona es valorada poco o es tratada con desconfianza, esto se reflejará en sus acciones posteriores, mostrando resultados mediocres. Por el contrario, si esa misma persona percibe que sobre ella se deposita confianza y se le trata con consideración, su desempeño mejorará notablemente.
¿Cómo aplicar el Efecto Pigmalión en su empresa?
Aplicar este tipo de táctica en el trabajo puede ser bastante beneficioso para sacar el mejor partido de uno mismo y de sus empleados o colaboradores.
En este sentido se trata de la capacidad que un líder, directivo o mánager, tiene de reconocer las aptitudes y los logros de su equipo de trabajo. Por ejemplo, si un jefe de equipo espera lo mejor de un colaborador y es capaz de transmitirle esta percepción, es muy probable que el empleado muestre un alto rendimiento. En cambio, si el subordinado percibe que su jefe no confía en sus capacidades y que tiene bajas expectativas respecto a su rendimiento, es muy probable que cometa un error, u obtenga resultados negativos.
Así que, si dominamos esta teoría correctamente, tendremos la oportunidad de aumentar su confianza y autoestima si sabemos cómo transmitirles expectativas positivas para que les ayude a desarrollar sus competencias y mejorar su potencial.
Para ello lo mejor es:
- Ofrecer oportunidades para superarse, confiando a los colaboradores tareas desafiantes y asegurándose de que tengan éxito frecuentemente.
- Siempre mostrar un feedback positivo y remarcando las fortalezas.
- El uso del lenguaje positivo es primordial:
- “Sé que puedes hacerlo”, en lugar de “Espero que puedas hacerlo”;
- “Siempre creí en ti” y no “Temía que me decepcionaras”;
- “Este es un buen comienzo” en lugar de “Necesitaremos corregir esto en el futuro”.
En definitiva, el “efecto Pigmalión” es una poderosa herramienta para sacar lo mejor de nuestro personal, más allá de los límites aparentes. Además esta filosofía también nos puede ser muy útil para estar alerta en posibles entrevistas de trabajo.
Nos gustaría despedirnos con esta gran frase de Blaise Pascal que da mucho que pensar…
“Trata a un ser humano como es, y seguirá siendo como es. Trátalo como puede llegar a ser, y se convertirá en lo que puede llegar a ser.”
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